A través de los años, nuestra escuela ha tenido como principal objetivo que los niños y jóvenes lleguen a reconocerse como personas con todas sus responsabilidades y capacidades, y que, rodeados del medio ambiente adecuado logren alcanzar la iniciativa, responsabilidad, compromiso y valores trascendentales para ponerlos en acción en su comunidad.

Sin saberlo, es posible influir en la vida de las personas predicando con el ejemplo, y es por esto que te enseñamos un poco de la vida de Pierre Faure a través de las enseñanzas que nos dejó, y cómo estas pueden mejorar la calidad de vida de los niños y jóvenes de nuestro colegio.

Nunca dejó de aprender
Vino una familia muy pequeña, donde creció sin ningún hermano y su padre murió cuando era muy joven, pero aún así no se detuvo para esforzarse al máximo. Realizó sus estudios de enseñanza media en el Colegio de San José de Tívoli en Bordeaux, obteniendo el título de bachillerato en Ciencias Latinas y Matemáticas. Años más tarde, obtiene su licenciatura en Química General al terminar la Universidad, para después seguir cultivándose en Filosofía y Teología al tiempo que ejercía sus funciones como sacerdote de la Compañía de Jesús.

Compartió sus conocimientos
Al interesarse en temas de la educación, creó una Secretaría para la Educación que se convirtió en el actual Centro de Estudios Pedagógicos de París, y colaboró en tres revistas dirigidas al apoyo en el quehacer de la enseñanza. En Aux Parents trataba temas de interés para padres de estudiantes, L’trait-d’union servía de lazo de unión entre los centros de secundaria franceses, que en tiempos de guerra tuvieron que reforzar su educación, y Pédagogie, la cual se sigue editando actualmente y está dirigida al público en general, siendo director y escribiendo durante 27 años.

Actuó a favor de su comunidad
Sus estudios acerca de problemas sociales e internacionales lo motivaron a interesarse en debates acerca de la libertad en la educación, los cuales testifica en L’École et la Cité. Al darse cuenta que la raíz de una comunidad sana se encuentra en la niñez, comenzó a dirigir sus esfuerzos a descubrir la clave para que descubrieran el mundo al aprender, trabajando con sabios como Édouard Seguin, Hélène Lubienska y Maria Montessori, quienes fueron piezas clave para el método de la educación personalizada, en el que los niños aprenden a ser autosuficientes mientras ayudan a las demás personas.

Rebasó fronteras

A través de los cursos que Pierre Faure estuvo impartiendo en Francia, salta en 1976 a Guadalajara, donde en un curso de verano explicando a los docentes que la educación no es conocimiento mecánico, sino conocer primero una realidad. Aquí es donde otro aspecto de la filosofía de Pierre Faure trasciende a la concepción y uso de material didáctico, el cual en palabras de Pierre Faure “da al niño la posibilidad de trabajar personalmente sobre si mismo…”.

Buscó objetivos

Pierre Faure opina que el hombre es un ser que nace inacabado, sin embargo al crecer tiende a querer completarse, dice: “no se nace siendo persona sino que se llega a ser persona”. Con base en esto su idea de la educación personalizada y comunitaria es el medio por el cual el alumno se complementa de las partes que intervienen en su educación; es decir, que incluye a sus familias, dirección, docentes, administrativos, auxiliares, nadie debe quedar fuera.