¿Qué es la educación personalizada?

La metodología Pierre Faure es un método constructivista basado en la educación personalizada y comunitaria, impregnado por una filosofía centrada en la confianza hacia el alumno, en sus posibilidades y en valorar lo que puede hacer por sí mismo, pues el alumno tiene la capacidad de descubrirse y reconocer sus propias habilidades.

Es un método transformador pues le da oportunidad al alumno de crearse el hábito de la investigación y de la responsabilidad, valorándose a sí mismo, su trabajo y el de los demás. Implica mucho tiempo de trabajo, dedicación, calidad y, sobretodo, entrega. Con todo esto, se logra que el alumno conquiste una mayor organización y calidad en su trabajo, también se crea en él consciencia de aprecio por lo que realiza y se siente motivado. En esta estructura se identifica al alumno como un individuo con características específicas en proceso de desarrollo y da al maestro el privilegio de conocerlo, así como la posibilidad de ayudarlo a desarrollar sus capacidades, pero sobre todo, a que reconozca sus alcances y limitaciones.

El alumno en Pierre Faure debe aprender a explorar su entorno, a buscar y saber buscar respuestas, de aprender a ser consciente de su aprendizaje, a visualizar en dónde se encuentra y a dónde quiere llegar, siendo libre y consciente de las consecuencias de sus actos y decisiones. Para ello debe reconocer la existencia del otro para que juntos formen una comunidad. Desde esta perspectiva, el maestro orienta el trabajo del alumno mediante guías dirigidas a un conocimiento específico e interviene observando el trabajo del alumno auxiliándolo sólo cuando este lo necesita o solicita. Con esto cabe mencionar que la observación por parte del maestro es un trabajo fundamental, ya que de esta manera puede identificar y comprender la situación de aprendizaje de cada alumno y así buscará la forma de resolver sus necesidades específicas. Asimilar la metodología Pierre Faure implica libertad con responsabilidad. El alumno tiene la responsabilidad de elegir su lugar, su material, trabajo, ritmo y… aceptar sus consecuencias.

La libertad en plenitud te lleva a buscar un progreso, una mejora, un crecimiento. Implica conquistar la libertad suprema, que consiste en que las cosas que “debo” hacer las hago porque las “quiero” hacer. El mejor medio para conquistar la libertad es el amor. Amor con mayúscula, que ayuda, busca el bien, comprende, escucha. Por otro lado, involucra una Actitud fundamental, en donde el primer paso es creer en lo que estás haciendo, romper esquemas, cambiar estructuras “tradicionales”, ir más allá de lo innovador.

El maestro se convierte en un personaje discreto, ya que el verdadero actor de todo el aprendizaje es el alumno. Pierre Faure invita a desarrollar tus mejores cualidades; el trabajo de empatía con los alumnos, de amabilidad, de cariño; darte la oportunidad de conocerlos, ayudarlos, apoyarlos; descubrir la necesidad de escucha, de entendimiento. Una clase, una guía o una asignatura son sólo pretextos para formar a los alumnos, para influir y llegar más allá. El profesor no es una enciclopedia que explica contenidos sino es un formador que transforma vidas.

Una pedagogía que se hace vida pues no sólo cambia la dinámica de un salón de clases, sino también la rutina, los hábitos y en general, la forma de vida. Es un reto que desarrolla la creatividad, la paciencia y la escucha, invita a mejorar y a creer a pesar de no ver resultados en un primer momento; y conforme pasa el tiempo un cambio lleno de resultados, logros, motivaciones que invitan a seguir adelante.

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